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 [7:52 a. m., 19/4/2022] Llueve Pero el toldo está mojado La luz gris se cuela por la ventana Callan los trinos de los pájaros Llueve Y el repiquetear de las gotas en la lona  Me recuerda nuestra felicidad bajo el toldo mojado

HISTORIAS EFÍMERAS EN UN TIEMPO ETERNO

Y como una dulce brisa que cosquillea mis pestañas, brillan mis ojos y mi boca sonríe el néctar del recuerdo que alimenta mi esperanza.  Es la música que me transporta al beso eterno en que desperté a la vida.  El deseo entra nuevamente de puntillas en mi alma,  con la promesa de estallar en cualquier momento.  No he muerto, simplemente estaba durmiendo.  Floto y derivo en el horizonte,  en el umbral de la luz acaricio tu mirar, Pur ti miro, pur ti godo. Tremulan mis dedos las palabras que te han de conjurar: tú, siempre tú, con formas y nombres diferentes.  Amor, amor, amor... Yo soy tú, y tú eres yo.

PENÉLOPE… o cómo hacer que Ulysses (J.Joyce) se rinda a nuestros pies.

Nunca lo intenté, por pura vagancia, ignorancia o quizá inmadurez. Y resulta que ahora me ha enganchado. Quizá sea porque comencé a leerlo mientras tejía la interminable manta que llevo años tejiendo. Una manta para taparme a mi y al que, supongo que algún día sabré quién es, me acompañará en los últimos retazos de vida.
Llevo años empezando y deshaciendo una manta que tejo con cada nueva ilusión amorosa. Siempre me digo: Esta vez sí. Cambio los colores, las texturas, las formas. Pero siempre tejo. Como una extraña araña. Tejo sin adormecer a mi "víctima" y tampoco atrapo a quien quiere compartir mi espacio. Lo reconozco, mi concepción espacio-tiempo les atrae, les hace querer entrar y explorar. Pero, al final, salen corriendo y yo les abro una puerta para que salgan del laberinto. No hay minotauros y el hilo que utilizo es para tejer.
Así es que con agujas y lana aterciopelada de color amagentado estaba tejiendo mi manta cuando decidí abrirlo.
El inicio

Vivir en una época que no me corresponde

Vivir en una época que no me corresponde, rodeada de personas que no me comprenden: Muda en el país de los sonidos, ciega en un universo de destellos. Mi corazón se encoge y desea retrotraerse al instante en que decidió comenzar a latir para no hacerlo nunca más. Latir, llorar, un mundo soñado y perdido... Vivir el encierro de un mundo errado, en mi.

Presuponer

¿Cómo plantear un presupuesto cuando no comprendo el objeto de "acostumbrarse a aminorar"? El objeto que no crece está condenado a desaparecer, entonces qué razón tiene alentarlo con tiempo, emociones y energía. Y si es ese el designio presupuesto, si ese es el deseo... aminorar, ayudemos al sujeto anhelante, y procurémosle la súbita desaparición del Sol y de la Tierra, del aire y del mar, porque concentrada la condena a un instante no hay ya objeto ni sujeto del que hablar, pues desaparecen de un plumazo el dolor, la alegría, los sueños, la esperanza y las ráfagas de felicidad. Si ese es el objeto a presupuestar, es tan simple como desaparecer, ya que muy cuidadosamente he eliminado cualquier rastro antes de empezar. Dime entonces, ¿qué presupuesto quieres que te haga llegar?

ad musas erudio

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Es en el monte Parnaso donde, junto a Apolo, moraban las nueve musas canónicas: Calíope (Καλλιόπη, ‘la de bello rostro’) Clío (Κλειώ, ‘la que celebra’) Erato (Ἐρατώ, ‘amorosa’) Euterpe (Ευτέρπη, ‘deleite’) Melpómene (Μελπομένη, ‘cantar’) Polimnia (Πολυμνία, ‘muchos himnos’) Talía (θάλλεω, ‘florecer’) Terpsícore (Τερψιχόρη, ‘deleite de la danza’) Urania (Ουρανία, ‘celestial’) A pesar de la extendida creencia, no había correlación entre las artes tradicionales (que por otra parte eran seis) y las Musas, siendo tal asociación una innovación posterior. Pero sí que todas nos llevan a situarnos ante la esencia de lo que pretendemos definir, el Arte. Belleza absoluta, Amor pleno, Armonía divina. Quizás esas sean las palabras que mejor definen lo que siento cuando me pregunto qué es el Arte. No sabemos exactamente, ni remotamente, definir una palabra que nos acompaña desde el inicio de nuestra andadura en el mundo. Todas las civilizaciones, todas las sociedades, todos los sere

27 de Setiembre

Dicen que la luna roja descubre la verdad escondida. El cielo desgarra otra noche  y como hace cuarenta años la luna quedará ensangrentada en a penas en ocho horas... Y la sonrisa que desde que nací me acompaña,  encuentra paz y sosiego ante tu voz, ante tu mirada. No sabemos qué nos depara la vida,  no sabemos qué piensan las madres desesperadas. Solo la sonrisa pacífica puede enjugar lágrimas del alma. Cada bebé que llega al mundo rompe con su llanto el dolor que da luz a su llegada,  la primera sonrisa de un bebé al arrullo de su madre  ilumina el alma del caminante perdido, detiene incluso la guadaña de la parca. Hace hoy cuarenta años, cuando apenas yo era un bebé recién nacido,  mi madre me guardaba en su regazo... y a su madre le arrancaban su hijo.   Y son los deseos de los que nos precedieron los que florecen en nuestros labios cuando tímidamente te rozo con mis dedos. No te abandonaré, ni al alba ni al anochecer,  Porque a través de tu e